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LLUVIA DE EMOCIONES EN LA SEGUNDA NOCHE DE LA FIESTA DEL CHAMAMÉ

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En la luna del sábado se sintieron los nombres de los referentes que partieron. Ofelia Leiva, Gabino Chávez, Pedro Del Prado, Raúl Díaz, entre los más recordados. Amandayé fue la presentación más destacada con un espectáculo cargado de sensibilidad.

El aroma litoraleño es intenso en cada noche de la 34° Fiesta Nacional del Chamamé, 20° del Mercosur que propone desde el escenario del anfiteatro Cocomarola números artísticos destacados que siguen elevando la vara de esta celebración. Anoche, al cierre de esta edición, iniciaba la tercera jornada de la celebración mundial, mientras que hoy, desde las 21, la fiesta propone una grilla interesante.

Nuevamente, la plaza del Cocomarola se colmó de público y unas nueve mil personas llegaron hasta la fiesta para disfrutar de grandes exponentes de la música y el talento de los jóvenes. Una amplia y variada propuesta sedujo a la gente que acompañó entusiasta a las distintas presentaciones.

Pero todas las expectativas estaban puestas en la presentación de un grupo que trajo «lo que dice la lluvia» en melodías chamameceras, cargadas de nostalgias y homenajes. A orillas de la medianoche del domingo, el grupo Amandayé fue el número artístico más esperado, no solo por su calidad musical, sino por el reconocimiento al recientemente fallecido Pedro Del Prado. Ni el descuido y error de la organización que puso una publicidad en la pantalla, evitó las emociones de un video que preparó el grupo, recordando al cofundador y compositor de temas emblemáticos como «Pombero» y «Bajo la luna de abril», entre tantos otros. También apareció en las imágenes el guitarrista y cantante Alejandro «Piri» Araoz, que transita un delicado estado de salud, que conmovió a todos.

Todo el Cocomarola centró su atención en ellos y preparados para vivir una experiencia especial, el grupo inició su recorrido musical con el tema de Mateo Villalba que lleva su nombre «Amandayé». El grupo liderado por el único cofundador, Hugo Scófano, mostró una formación renovada, con Diego Flores y Samuel Rodríguez, ambos en guitarra y voz; Julio Regúnaga en teclados, y los habituales Agustín Monzón en acordeón; Julián Scófano en bajo y Hugo Sánchez en percusión. Las parejas de a poco se sumaban al repertorio que continuó con canciones como «Si a pesar de mi» de Marta Quiles y Ricardo «Tito «Gómez, «Don Chico» de Agustín Monzón, y un reconocimiento a Raúl Díaz (recientemente fallecido) con la emblemática obra que compuso con Rodolfo Regúnaga, «No llores Sauce» y «Qué tristeza cuando no estás».

El espectáculo acarició la fibra sensible del público, que acompañó cada tema de manera sentida y se sumó entre aplausos y sapukái a este merecido show homenaje. «Es un honor y un compromiso enorme volver a estar en este hermoso escenario», dijo Scófano y añadió con una voz quebrada recordando a los fallecidos; «nuestra presentación va dedicada a Pedrito (Del Prado) que siempre va a estar con nosotros. Al amigo Gabino (Chávez), a Ofelia (Leiva), Raulito (Díaz), pucha que se están ensañando con nosotros».Previous

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También recordaron a Ricardo «Tito» Gómez con otra de sus obras «Mi regreso y la tarde» para que el corazón de los chamameceros latiera con intensidad.

Las voces volvieron a ser el tono distintivo de Amandayé, que encontró la manera de mantener su esencia musical con Samuel Rodríguez y Diego Flores que le dieron un aporte extraordinario a la exquisita propuesta de los artistas que forman el conjunto. Nuevos arreglos mostraron la creatividad que propone el grupo para mantener la vigencia y seguir transitando el chamamé con una sentida manera de expresarla.

«Se bajó en la estación de aquel pueblito», soltó en esta ocasión Scófano y se sintió al público en un solo sapukái, disfrutando del clásico «Bajo el cielo de Mantilla. Así volvieron a inundar de parejas al anfiteatro, con una postal inigualable de la fiesta.

Para el final hicieron un popurrí de «Romance de piel Morena» y «Bajo la luna de Abril» y los sentimientos afloraron con un recitado de Rafael Fondón dedicado a Del Prado y la despedida como ofrenda explotó con otra de sus obras, «Pombero», que con un puñado de tamboristas inundó con candombes otra destacada presentación de Amandayé, que todo el Cocomarola lo ovacionó.

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