El desierto del sureste de Marruecos, uno de los lugares más secos y áridos del planeta, experimentó recientemente una serie de intensas lluvias que lo transformaron temporalmente.
Durante dos días consecutivos el mes pasado, tormentas inusualmente fuertes descargaron precipitaciones que superaron los promedios anuales en varias zonas del Sahara, donde generalmente no se registran más de 250 mm de lluvia al año.

Tagounite, un pueblo ubicado a 450 kilómetros al sur de la capital, Rabat, recibió más de 100 mm de lluvia en tan solo 24 horas, un evento meteorológico que no se veía en décadas.
Esta cantidad inusitada de agua dejó sorprendentes imágenes de torrentes fluyendo a través de las dunas, cubriendo la arena y rodeando castillos desérticos y vegetación. En las comunidades locales, donde el turismo es una fuente importante de ingresos, los residentes y turistas fueron testigos de cómo los vehículos 4×4 navegaban por grandes charcos de agua en medio del vasto paisaje del Sahara.

Houssine Youabeb, de la Dirección General de Meteorología de Marruecos, señaló que no había llovido tan intensamente en un periodo tan corto desde hacía entre 30 y 50 años. Impacto a Largo Plazo y Desafíos Inmediatos

Estas tormentas, denominadas extratropicales por los meteorólogos, podrían influir en el clima de la región en los próximos años, ya que el aire más cálido y húmedo puede atraer más tormentas y aumentar la evaporación.Previous


Para una región que ha soportado seis años consecutivos de sequía severa, las lluvias llegaron como un alivio temporal, aunque también plantearon desafíos.
Los agricultores de Marruecos, afectados por la falta de agua, esperan que esta inundación recargue los acuíferos subterráneos que son esenciales para las comunidades locales. A pesar de la esperanza de que las lluvias ayuden a mitigar la sequía, el evento también trajo consigo tragedias.