El gobierno anunció que evalúa ceder el control de la compañía a empresas privadas ante las persistentes medidas de fuerza impulsadas por los gremios del sector. Mientras los sindicatos preparan nuevas protestas y acciones legales, ya hay firmas interesadas en comprar.
El gobierno de Javier Milei ha dejado en claro que una de sus prioridades es reducir el déficit fiscal y Aerolíneas Argentinas, una de las empresas más costosas para el Estado, está en el centro de esta estrategia. Según el vocero presidencial, Manuel Adorni, las conversaciones con varias compañías latinoamericanas para ceder las operaciones de la aerolínea ya están en marcha. El principal detonante detrás de esta iniciativa, aseguró, es la “extorsión de los gremios”, haciendo referencia a las huelgas recientes que afectaron a miles de pasajeros y generaron pérdidas millonarias.
El Presidente Milei sostuvo que la empresa estatal no puede seguir funcionando bajo las condiciones actuales, donde los gremios tienen un control significativo sobre su operatividad. Según las palabras de Adorni, los pilotos de Aerolíneas disfrutan de privilegios como viajes en clase ejecutiva para ellos y sus familiares, salarios de hasta 10 millones de pesos, y condiciones laborales que el gobierno considera excesivas en comparación con otras empresas de la región.
Las empresas interesadas y la posible privatización
Varias compañías internacionales han manifestado su interés en Aerolíneas Argentinas. Entre los nombres que suenan con mayor fuerza se encuentran Avianca (Colombia), Latam (Chile) y Azul Líneas Aéreas (Brasil), además de un grupo de empresarios locales. La privatización, sin embargo, no es un proceso sencillo: requiere la aprobación del Congreso, y un intento reciente de incluir a Aerolíneas en la lista de empresas privatizables fue rechazado por la oposición. Pese a esto, el gobierno sigue explorando la posibilidad de ceder la operación de la aerolínea estatal.
Latam es una de las empresas que mostró interés por la compra de Aerolíneas Argentinas (Andina)
El presidente de Aerolíneas Argentinas, Fabián Lombardo, confirmó que se han mantenido comunicaciones con diversos grupos internacionales que están interesados en conocer el proceso de privatización. Sin embargo, no hay un cronograma claro ni detalles específicos sobre cómo se llevaría a cabo esta operación.
Uno de los mayores obstáculos que enfrenta Aerolíneas Argentinas en su camino hacia la privatización es el conflicto con los gremios aeronáuticos, que muestran una fuerte resistencia. La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) vienen protagonizando paros que afectan tanto a Aeroparque como a Ezeiza, y según indicaron sus representantes, no piensan dar marcha atrás sin obtener mejoras salariales.
Los gremios, liderados por figuras como Pablo Biró y Juan Pablo Brey, denunciaron que el gobierno pretende cerrar la aerolínea y decidieron llevar su lucha a los tribunales. Incluso impugnaron el decreto presidencial que declara la aeronáutica civil y comercial como un servicio esencial, lo cual limita el derecho a huelga. El decreto exige a los gremios anunciar cualquier medida de fuerza con cinco días de anticipación y garantizar un 50% de los servicios mínimos. A pesar de esto, los gremios anticiparon que no acatarán la norma y se preparan para continuar con los paros.
Así, el conflicto entre el gobierno y los gremios parece estar lejos de resolverse. La negativa de los sindicatos a acatar el decreto presidencial, sumado a la falta de avances en las negociaciones salariales, ha llevado a la posibilidad de más huelgas en los próximos días. APLA y AAA ya están considerando la paralización de los centros de capacitación, lo que podría afectar la operatividad de la aerolínea a largo plazo, ya que los pilotos y auxiliares de a bordo no podrán revalidar sus licencias para trabajar.
En las últimas semanas se han cancelado decenas de vuelos en todo el país. (Adrián Escándar)
Por su parte, el gobierno endureció su postura. El Ministerio de Seguridad presentó denuncias contra Biró por extorsión y amenaza, y el secretario de Transporte, Franco Mogetta anunció que se exigirá una compensación por los daños que las huelgas han causado a la empresa.
El futuro de la empresa
El destino de Aerolíneas Argentinas depende de varios factores. En primer lugar, las negociaciones con las compañías interesadas en privatizar la empresa serán fundamentales para definir si la aerolínea seguirá siendo estatal o pasará a manos privadas. Sin embargo, el Congreso jugará un papel clave en este proceso, ya que cualquier intento de privatización debe ser aprobado en ese ámbito. Ya existen proyectos en ese sentido.
Por otro lado, el conflicto con los gremios sigue siendo una de las principales incógnitas. Mientras los sindicatos continúen con su plan de lucha, el futuro de Aerolíneas será incierto. La postura firme del gobierno contra las huelgas y los beneficios de los gremios es clara, pero la resistencia de los trabajadores podría generar nuevos enfrentamientos que compliquen aún más la situación.
Lo cierto es que el futuro de Aerolíneas Argentinas no es nada claro. Entre la posibilidad de privatización, los conflictos gremiales y las restricciones económicas, la empresa enfrenta un panorama nada claro. Lo que ocurra en los próximos meses será decisivo para definir si la aerolínea de bandera continuará volando bajo control estatal o si finalmente será vendida a manos privadas.