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UN CORRENTINO FUE RECONOCIDO COMO EL MEJOR HUMORISTA DE MAR DEL PLATA

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¿En serio nunca escuchaste ni viste nada mío?», pregunta con humildad Eduardo «Wali» Iturriaga, correntino de 40 años, dueño de una historia increíble y de una vida que, de un momento a otro, casi sin proponérselo dio un giro de 180 grados y hoy es la figura teatral más importante de Mar del Plata… no siendo actor. Jenny, la paraguaya es su personaje más famoso.

Wali -nadie lo llama Eduardo- estuvo durante más de veinte años ligado al fitnesscrossfit y la educación física, siendo dueño de un gimnasio en la capital correntina. «Viajaba por el mundo capacitándome, era de los mejores en lo mío», dice sin vanagloriarse. Hasta que en 2018, aprovechando algún tiempo libre, empezó a hacer videos satíricos y grotescos que se viralizaron casi sin querer «y se hicieron una bola de nieve incontrolable» que lo tienen como uno de los principales influencers del país.

«No me siento un superhéroe por la cantidad de seguidores, pero reconozco que en las redes sociales existe cierto poder, pero no se ve, no me doy cuenta. Sí me doy cuenta que tengo que ser cuidadoso, porque te miran con lupa, no es como en el teatro que puedo ser más expansivo, abarcativo… y también picantón», analiza.

Iturriaga posee números que no tienen celebrities top de Hollywood: 6 millones de seguidores en TikTok, 5 millones de Facebook, 2 millones en Instagram y 1 millón en Youtube. «Está claro que mi vida es otra, mi cabeza es otra… Pasé de tener cierta frescura en el mundo del fitness a vivir obsesivo y preocupado pensando todo el tiempo en cómo producir contenido a mis plataformas», le cuenta a Clarín en las rocas de Playa Chica.

A partir de una necesidad personal «de dar una mano, de tener ganas de hacer algo por el otro», creó un personaje que repercutió tanto que lo utilizó como puente para acceder a medicamentos, alimentos y hasta sillas de ruedas. «Creé a Cachilo, un correntino villero que canta cumbia. Como vi que tenía buena aceptación entre mi entorno, y lo llevé a los barrios más marginales y me ponía a hablar con la gente de allí, que pensaba que esa imitación era real. Y me dieron la bienvenida… Yo filmaba los videos y los subía a internet». 

Mar del Plata 2023 nota a Eduardo ÒWaliÓ Iturriaga interprete de Jenny la paraguaya , obra foto MARCELO CARROLL

Los videos tímidamente empezaron a hacerse ver en distintos grupos de Whatsapp de mamis, «lo que se tornó en una impensada viralización que tuvo eco en toda la ciudad de Corrientes». Como una onda expansiva, fue al interior de la provincia y «allí aproveché la posibilidad de abrir merenderos para ayudar a los chicos», cuenta Wali sobre sus comienzos. Y admite: «Yo amaba la vida como entrenador físico, pero sentía que me faltaba algo más artístico, faceta para la que me preparé, no soy ningún improvisado», dice quien es autor, cantante, instrumentista, compositor y pintor. 

A fines de 2019, ya con una base de seguidores que le permitía ratificar el rumbo tomado, presentó a su nueva criatura, «Jenny, la paraguaya», que multiplicó los seguidores en las redes. ¿Por qué? Es la caricatura de una mujer avasallante, empoderada, celosa y tóxica, que expone los problemas de pareja que tiene con Juan Carlos, a quien también encarna siendo sumiso, que agacha la cabeza y no sale con amigos por miedo a la reacción de Jenny. «Pegó de entrada, sobre todo a las mujeres, pero no porque se identifican, sino porque conocen a alguien o se mimetizan con algo que dijo Jenny«,

Carlos Rottemberg, el productor más importante del país, que lo venía siguiendo hace unos años, cuando la popularidad de Iturriaga había traspasado las fronteras de Corrientes, se asombró por el fenómeno popular que provocaban los videos de Cachilo primero, pero sobre todo de Jenny, «un personaje que tiene muy buena aceptación en los matrimonios, muy querida por las mujeres, causando hilaridad en los hombres y con un lenguaje no procaz», remarca el hombre de los teatros."Jenny, claro que sí". Lunes a la noche, en la puert del teatro Neptuno. La cola recorre la calle Santa Fe y pega la vuelta en la peatonal San Martín. Foto Marcelo Carroll / Enviado especial

«Jenny, claro que sí». Lunes a la noche, en la puert del teatro Neptuno. La cola recorre la calle Santa Fe y pega la vuelta en la peatonal San Martín. Foto Marcelo Carroll / Enviado especial

Así las cosas, Rottemberg le propuso hacer, por primera vez, una temporada entera en Mar del Plata, ofreciéndole el Neptuno, el teatro con mayor capacidad, y que Iturriaga llena las cinco funciones que tiene por semana. «Es un caso particular, que apareció sin estar en televisión ni tener un recorrido artístico, sino que irrumpió en las redes sociales a partir de unos videos de humor sencillos. Le iba a ofrecer un teatro mediano pero terminé por darle el más grande, convencido de alcanzar un suceso que es el que está ocurriendo».

Es una apuesta que está saliendo bien, pero Wali admite que nunca sintió tanto temor ante la posibilidad de fracasar. «Yo vine años anteriores a Mar del Plata y hacía un puñadito de funciones, me iba bien y listo. Pero saber que vas a estar todas las noches es un compromiso que te repiquetea la cabeza», expresa. ¿Por dónde pasaba el temor? «Yo tengo una mujer y cuatro hijos. Me la jugué, abandoné cierta zona de confort para ver qué pasaba con el teatro. Vivo estresado, en algún momento tendré que aflojar», se sincera.

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