Pese a las críticas del kirchnerismo, Alberto Fernández mantendrá su candidatura y viajará por la Argentina a defender la gestión.
En los próximos días el Presidente Alberto Fernández estará en Tierra del Fuego, la Antártida y Salta. En clave electoral, buscará poner en valor sus tres años de gobierno. El plan reelección sigue adelante y tensiona el vínculo político con La Cámpora.
Alberto Fernández mantiene firme su candidatura presidencial. Quiere buscar la reelección y someter a votación lo que serán, en el momento de los comicios, tres años y medio de gobierno. Deja correr su idea releccionista en boca de los ministros más cercanos y la reafirma en las reuniones privadas.
El Presidente no está dispuesto a ceder ante las presiones del kirchnerismo para que deje sin efecto su candidatura. La forma que encontraron para hacerlo en las últimas horas es asegurar que es inviable competir contra él en unas PASO. Si no es el indicado, debería correrse en el corto plazo. Pero la estrategia parece no surtir efecto.
Fernández ya dejó en claro que si existe un candidato mejor que él, dará un paso al costado y respaldará esa postulación. El problema que tiene el mundo K para enfrentar esa postura es que por el momento no encontró un nombre propio fuerte para disuadirlo.
En el medio de todo esto, el operativo clamor para convencer a Cristina Kirchner tiene un final incierto, aunque muchos dirigentes que conocen a la Vicepresidenta creen que es imposible que se desdiga. La ex mandataria fue muy clara el día que la condenaron en la causa Vialidad. Aseguró que no sería candidata a nada. Ni a presidenta, ni a gobernadora, ni a senadora.
El kirchnerismo teme perder las elecciones con Fernández a la cabeza. Lo quiere afuera del camino para que Cristina Kirchner pueda definir, con todo su poder en un puño, quién debe ser el próximo en ponerse el traje de candidato. La decisión del mandatario de mantener a flote su candidatura despierta enojo e incredulidad en las filas K. Nadie puede creer que siga manteniendo ese discurso en pie.