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ECONOMÍA EN CRISIS EN LA ERA ALBERTO YA SE FUGARON CASI US$4.400 MILLONES

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En el último trimestre del año pasado, entre las jugadas y jugarretas del equipo de Sergio Massa, la sensación térmica cambiaria dio lugar a un reflujo positivo de capitales de los argentinos. Así entre octubre y diciembre del 2022 los argentinos repatriaron fondos por cerca de US$160 millones. Sin embargo, esto no impidió que el balance anual fuera negativo, o sea, hubo otro año de fuga de capitales. 

En total, según los datos oficiales del Banco Central (BCRA), la llamada Formación de activos externos del sector privado (FAE), también bautizada en la jerga del mercado como atesoramiento o fuga, sumó US$773 millones. Se trata del segundo registro más bajo desde 2013, año en que hubo un balance positivo de repatriación de capitales.

En el primer año de mandato de Alberto Fernández, el nivel de atesoramiento totalizó US$2.986 millones. La fuga ese año estuvo compuesta por US$3.683 millones bajo la forma de compra de billetes que fue compensada parcialmente con la repatriación de inversiones en el exterior de residentes por US$696 millones.

Vale recordar que fue el año de la pandemia. Todavía se arrastraban solo las restricciones cambiarias heredadas de la administración de Cambiemos más algunas adicionales sumadas por el titular del BCRA, Miguel Pesce, y por Martín Guzmán, quién en esos tiempos parecía el iluminado convocado a resolver todo el embrollo dejado por Macri y antecesores. 

Ya en el segundo año de la gestión del Frente de Todos (FdT) y segundo de la pandemia, el nivel de atesoramiento bajó a US$571 millones. Ya comenzaban a impactar las nuevas restricciones cambiarias y el súper cepo. Sin embargo, la fuga vía compra de billetes sumó US$919 millones mientras que hubo transferencias netas recibidas desde cuentas propias en el exterior por US$349 millones, atemperando la salida de capitales.

Mientras que en el tercer año, la salida de capitales fue de US$773 millones como resultado de US$1.503 millones vía compra de billetes menos US$730 millones de inversiones externas repatriadas. También en 2022, la sequía de divisas indujo a implementar más restricciones de diversa índole.

De esta forma, al cabo de los primeros tres años de gestión el atesoramiento acumulado vía compra de billetes totaliza US$6.105 millones mientras que hubo repatriación de inversiones de residentes en el exterior por US$1.775 millones, lo que redujo el nivel de fuga a US$4.330 millones.

Ahora bien, ¿quién lidera el ranking histórico de fuga de capitales? Según la serie histórica del BCRA, que arranca en 2003, por mandato el récord lo ostenta Macri con casi US$89.000 millones. Un número de una magnitud que será difícil superar, por lo menos, en los años venideros. Claro que para semejante nivel de fuga de capitales tuvo que haber un insoslayable flujo del exterior hacia el mercado local.

Fueron los años de las megas colocaciones de deuda soberana en los mercados internacionales, después de más de una década de aislamiento sin acceso a dicha alternativa de financiamiento. Pero, hasta en los mejores años de Macri el nivel de atesoramiento no bajó de los US$23.000 millones anuales. Luego con la crisis se elevó a más de US$27.000 millones promedio anual. De los US$89.000 millones, más de US$65.000 millones se fueron vía la compra de billetes, y el resto en inversiones en el exterior.

Luego viene secundando el ránking Cristina Kirchner, que en su primer mandato tuvo un nivel de fuga de casi US$70.800 millones, ya con el primer cepo funcionando sobre fines del mandato. Mientras que en el segundo mandato, el atesoramiento sumó US$12.700 millones, ya con el cepo a pleno y demás restricciones. O sea, entre ambos mandatos totalizó US$83.500 millones, muy cerca del mandato de Cambiemos.

En el período gestionado por Néstor Kirchner la fuga sumó US$16.800 millones. De modo que entre Néstor y Cristina suman una fuga de más de US$100.000 millones, claro que en 13  años. Y si a esto le sumamos lo del FdT, puede decirse que durante el kirchnerismo la salida de capitales totaliza casi US$105.000 millones. Cabe señalar, que en los únicos años en que hubo repatriación de capitales, o sea, entrada neta de fondos externos de argentinos fue en 2013 con US$373 millones y en 2005 con US$1.146 millones.

Por lo tanto, más allá del tinte político del Gobierno de turno, en las últimas décadas y tras la implosión de la convertibilidad, como señala el prestigioso economista Miguel Broda, el deporte nacional es fugar capitales. Un mal de muchos, consuelo de pocos. Solo resta imaginar cuántas cosas, proyectos y sueños podrían haberse concretado sin necesidad de ir a manguear ayuda externa. Pero la fuga no es el problema, sino qué es lo que la provoca. Podría decirse, resumiendo, que es la falta de confianza y de un horizonte claro.

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