El Día Mundial del ACV se conmemora todos los 29 de octubre y es una oportunidad para los especialistas para destacar la importancia de su prevención y diagnóstico temprano.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 15 millones de personas sufren un ACV cada año en el mundo. Un tercio de estas personas fallece y un tercio queda con discapacidades permanentes.
¿Cómo son las etapas de evaluación del AVC?
Cuando se da el diagnóstico se establecen tres instancias de evaluación. En primer lugar, está la hiperaguda, que comprende las primeras 6 horas. Los objetivos son estabilizar al individuo y establecer de qué tipo de ACV se trata, si es hemorrágico o isquémico.
En la segunda etapa, se evalúa la alimentación y nutrición del paciente y se completan los estudios para implementar el tipo de tratamiento que necesita y planificar la rehabilitación.
La última instancia se centra en la recuperación de los distintos tipos de discapacidad (lenguaje, motora u de deglución). En esta etapa es fundamental mantener una nutrición adecuada para que el paciente responda mejor a la rehabilitación.
La nutrición en los pacientes con ACV
Evaluar el estado nutricional es de suma importancia ya que se puede lograr reducir el impacto negativo que la desnutrición tiene sobre la aparición de complicaciones. Un estudio llevado a cabo en pacientes luego de un ACV mostró que el 57% perdió peso entre la semana 1 y los 6 meses posteriores al episodio, y el 22% estaba desnutrido a los 6 meses.
La evaluación debe realizarse en las primeras 48 horas y volver a realizarse a la semana. De esta forma, se pueden tomar acciones como la interconsulta con un nutricionista y ampliar el registro de ingesta e hidratación, entre otras cosas.